September 03, 2003

Un día triste

Hace un par de días murió la Mamá de una conocida mía, hoy fui a la misa ofrecida en su memoria.
No sé cómo describir lo que he sentido al asistir a aquella misa, pero haré lo posible por expresarme, aunque sólo sea para desahogar un poco lo que traigo atorado en mi garganta.
No le di el pésame a mi compañera, no tuve el valor ni la voluntad para acercarme a ella en esos momentos. No está bien, yo lo sé. Sé que la finalidad de ir a los velorios o funerales es que los que están vivos sepan que tienen apoyo, que estamos con ellos. No son para el que ya se fue.. esa persona ya no puede presenciar el acto de despedida.. es para quienes se han quedado aquí. Me avergüenza, lo tengo que decir. Me da pena que por mi debilidad, por mi falta de fuerza interior, no haya podido acercarme a dar un abrazo o a decir unas palabras de aliento.
Estar en aquella misa me trajo muchos recuerdos. Recuerdos de tiempos tristes, incomprensibles, llenos de tristeza e impotencia. Tantas mujeres que quiero se han ido, tantas que siempre fueron y serán, mis guías, mis amigas, mis confidentes... varias de ellas por el mismo mal, un cáncer que poco a poco en algunos casos, o fulminantemente en otros, se las ha llevado. Al escuchar las palabras del Papá de mi compañera, viendo en su cara la terrible tristeza que lo inundaba al haber perdido a la compañera de su vida, supe que no podía quedarme ahí más tiempo.
Imaginé por unos segundos lo que significa perder a una madre y no lo pude soportar.

Creo que soy una mujer fuerte, y lo he demostrado en muchas ocasiones. Más bien soy de carácter fuerte... pero mi corazón es tan débil, que con más razón debo protegerlo a toda costa. Me he tragado lágrimas más de una vez... pero hoy sentí que si no me iba de ahí cuanto antes, no podría detenerlas.
Abue, Adelaida, Macristy... las extraño mucho.


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