November 17, 2003

London Trip, Day One

Captains Log
06.11.03

9.00 horas
Salimos mi madre y yo de Ensenada con destino final a la ciudad de Los Angeles, California. Al llegar a la garita de San Isidro nos encontramos con la agradable sorpresa de que había muy poca fila para cruzar, de hecho, sólo había 5 carros en frente de nosotros, por lo que en menos de 2 minutos ya estábamos en tierras Yankees (léase “llankis”). Para no perder la costumbre y antes de agarrar camino, nos dirigimos hacia nuestra “mother ship” para el abastecimiento correspondiente de cafeína, es decir, por unos tall caramel frapuccinos al Starbuck’s mas cercano. De ahí pa’lante la travesía fue muy tranquila, no hubo tráfico ni ningún contratiempo. El vuelo salía a las 20.45 horas y nosotras llegamos al aeropuerto a las 16.00 horas aproximadamente, lo cual nos dio bastante tiempo para comer algo y pasearnos por las tiendas del duty free (que son puras fregaderas, todo está carísimo).
Ahora bien, cuando pasé al check-in la señorita que me atendió me preguntó que si quería pasillo o ventanilla y escogí la última opción.... decisión que me reclamarían mis huesos más tarde. Claro que una que esta embargada por la emoción de cruzar el charco por primera vez, a huevo quiere ir viendo todo desde la ventana, cual perrito que saca la cabeza del carro cada vez que sale a pasear.
Cuando llegó el momento de abordar el avión por fin se me ocurrió revisar el número de asiento que me había tocado... el número 50. Primero pensé que tratándose de una avión tan grande, seguramente mi asiento estaría a la mitad del avión... ya saben, uno que siempre esta en “denial”. Pues no, mi asiento era el antepenúltimo de todo el avión y como estaba en ventanilla, me fui medio aplastada todo el camino. No es que uno quiera primera clase, pero no manchen... íbamos cual sardinas empacadas al vacío. Neta que se viaja más a gusto en un camión de la ABC, por lo menos hay más espacio entre asientos carajo. El avión estaba enorme, de esos que tienen dos pisos. Allá arriba en el Olimpo estaban los world club travellers, o lo que es lo mismo, los que sí pudieron dormir en el camino. En fin, me acomodé como pude y me dispuse a ver “Los Piratas del Caribe” por enésima vez durante la cena (que estaba muy decente, hasta eso). Pedí vino tinto para acompañar mis alimentos y al terminar, me puse la máscara negra que le dan a uno para que sea más fácil conciliar el sueño. ¡Ah! Algo que me agradó bastante es que en uno de los canales de la televisión se podía ir viendo la trayectoria de nuestro vuelo, con todo y la temperatura y altitud a la que estábamos, realmente muy chido.
Llegamos al aeropuerto de Heathrow a las 15.00 horas (que eran como las 7 de la mañana para mí) y cuando por fin me pude bajar del avión pasé al “toilet” más cercano a lavarme la cara (tenía muchísimo sueño) y darme una mano de león. Luego pasé con el señor de la aduana, el cuál después de las preguntas de rigor me dejó pasar sin problemas (Mexican Beans always get “special attention”notice the sarcastic comentary, if you please). El señor aduanero me preguntó si tenía a dónde llegar, para lo que mejor le saqué la invitación de la boda para que con sus propios ojos viera que no lo estaba engañando, lo cual le causó mucha risa y permitió que el proceso de visado fuera un poco más ameno.
De ahí me fui a averiguar si había algún lugar donde pudiera dejar mi maleta por unas horas para poder irme de turista por Londres.
Momento de aclaraciones: A pesar de que mi vuelo llegaba a las 15.00 horas, Andrew (el hermano del novio) pasaría por mí hasta las 21.00 horas, ya que ha esa misma hora llegaba Uriel (hermano de la novia) procedente de España. Es obvio que no me iba a esperar sentada en el aeropuerto todo ese tiempo, por lo que inmediatamente me organicé para ir a conocer algo de la ciudad.

Continuemos...

Pues bien, me trepé al Underground con destino a la estación de Westminster. Debo aclarar que no pensé mucho en mi destino final, ni averigüé qué exactamente había alrededor de la estación en la que había decidido bajar, iba babeando todo el camino... viendo a la gente londinense en acción y pellizcándome para asegurarme que por fin estaba ahí, que no estaba soñando. En una parte del trayecto fui traída de vuelta a la realidad cuando un tercio de chilangos se trepó al Underground... que tipos tan desagradables... son como las cucarachas, en todas partes están. Olían a whisky barato y como todo naco, iban hablando del súper hotel en el que se quedarían, sobre todo lo que les costaba, la ropa que comprarían y lo superiores que son al resto del mundo... Cuando se bajaron del metro, se volvió a respirar aire puro en el vagón.
Por fin... estación Westminster... Please, mind the gap... decía una vocecita en el altavoz. Me bajé del tren y sin ver si quiera para donde iba seguí al mar de gente que iba rumbo a la salida. Empecé a subir los escalones sin tener idea de lo que vería afuera, estaba algo nerviosa y a la vez, muriendo de curiosidad.
De pronto, ya estaba afuera.... Fue increíble, espectacular, maravilloso, emocionante, conmovedor, extraordinario, fantástico, mi sueño hecho realidad. Fue uno de esos momentos en la vida que no se repiten, que pasan en un instante y que queda congelado en la memoria para siempre. Frente a mi estaba Big Ben, a un lado la Abadía de Westminster y el Parlamento... a pesar de que había gente entrando y saliendo del Underground, yo permanecía inmóvil, absorbiendo todo con la mirada, congelada ante tanto esplendor. En ese instante olvide que tenía sueño, olvidé la incomodidad del vuelo y mis demás preocupaciones No lo pude evitar, sentí que mis ojos se humedecían y sin darme cuenta, rodaron algunas lágrimas por mi rostro. Estaba ahí, por fin, después de soñar con ese momento desde que tenía 12 años... sé que estaba sonriendo de oreja a oreja al mismo tiempo que las lágrimas seguían haciendo su recorrido por mis mejillas. De pronto me sentí niña de nuevo, como cuando llegaban los cumpleaños y uno esperaba pacientemente para abrir los regalos.. esa sensación de expectativa, de curiosidad e ilusión. I was finally there, I made it, Martha Susana was standing on British soil, in front of Mr. Big Ben… wow, I get goosebumps when I think about it.
Estaba tan absorta en todo lo que estaba viendo que pasaron varios minutos antes de que empezara a sentir el aire helado del ambiente. Todos los edificios son imponentes, tanto así que no sabía para donde voltear... cada uno de ellos demanda tu atención al cien por ciento. Tanta historia, tantas cosas que han pasado en esas calles... que han estado ahí por los siglos de los siglos... it’s just mind boggling for a little ole’country girl like me. Dude... I used to be impressed with Missions in Baja California that where still standing since the 1700’s and then... well.. most historic buildings in London have been there since the 1200’s, some are there since the Roman Era… I was definitely VERKLEMPT.



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